El otoño llegaba a su fin y el adviento atisbaba
el invierno cuando vino a colmar la alegría del
hogar en aquella madrugada de un nueve de
diciembre. Dádiva primaveral desnuda, desvelo
inocente que se arremolina en un torbellino de
pañales inquietos, a quien el destino acunara con
el canto de la caracola a la que dentro le canta
un mar de mapa con pececillos de sombra y plata.
Sin saberlo, la magia del mar le había atrapado
desde su más tierna infancia.
Erupción de primaveras en pie. Volcán de búsqueda
de respuestas silenciadas. Mar de amores
entreverados donde el octosílabo lorquiano varó en
la playa polícroma de su juventud, sembrada de
redes aparejos moralianos y nasas alonsinas que
acunara un fuerte Alisio del sur y donde La Muerte
puso huevos en la herida. Esta visión metafórica
de la muerte, definía su posición social y su
compromiso desde el arte en defensa de las
libertades y de aquel Lorca cuya obra, aún después
de muerto, continuaba amordazada por la sinrazón.
Entonces Eduardo Westerdahl definía a José Dámaso
como un pintor que no puede negar su estirpe
surrealista y Lorca, el tutor literario, el
instigador ausente.
LAS ARTES PLÁSTICAS EN LA VILLA DE AGAETE (GRAN
CANARIA): EL TRÍPTICO FLAMENCO DE LAS NIEVES
POR
ANTONIO CRUZ
Y SAAVEDRA
En un amplio
espectro de la geografía canaria se encuentra
esparcido por las iglesias y ermitas, un
apreciable contingente de obras de arte
procedentes concretamente del ámbito norte
europeo. La influencia masiva de esculturas,
pinturas, muebles, campanas, vestidos, etc.., es
el resultado de las intensas relaciones
comerciales que ocupaban por entonces la
explotación de la caña de azúcar en Canarias,
durante el período de la recuperación efectuado
después de la conquista y parte del sigo XVI.
En la
arribada de pintura flamenca, concretamente a la
Gran Canaria, toma parte el bellísimo "Tríptico
Flamenco de Agaete", como dijera el doctor Jesús
Hernández Perera, unido a la familia de origen
genovés de Antonio Cerezo, y doña Sancha Díaz de
Zorita. La vinculación comercial con el
septentrión europeo tiene su explicación en el
floreciente ingenio azucarero de la Villa,
mediante el cual se produce la adquisición del
desmembrado tríptico.
El Tríptico de Agaete (Gran Canaria) y unas
Pinturas de Joos Van Cleve del Kunsthistorisches
Museum de Viena
POR
JUAN
SEBASTIÁN LÓPEZ GARCÍA
Joos Van Cleve vuelve a la actualidad al cumplirse
el 450 aniversario de su fallecimiento (ca.
1485-Amberes, 1541). Este notable pintor adquiere
particular interés para Canarias por la existencia
en el archipiélago de piezas atribuidas a su
pincel.
En el presente trabajo se determinarán los
paralelos de una de estas obras, conservada en
Gran Canaria y conocida como Tríptico de Las
Nieves o de Agaete, con otras existentes en el
Kunsthistorisches Museum de Viena, cuyo análisis
viene a reforzar la más que probable autoría del
artista flamenco.
HISTORIA GRÁFICA DEL TRÍPTICO DE NUESTRA SEÑORA
DE LAS NIEVES
POR
TOMÁS MARTÍN
TRUJILLO
La devoción a la Santísima Virgen, en la
advocación de Las Nieves, se vive en Agaete
desde muchos años antes de que Antón Cerezo
donara al Pueblo la valiosa joya del Tríptico
Flamenco.
Los habitantes de Agaete, en aquel entonces,
siglo XV, veneraban a la imagen de una Virgen,
bajo la advocación de Las Nieves, la cual, según
el historiador canario de Telde, Doctor Marín y
Cubas, el Conquistador Don Alonso Fernández de
Lugo "halló entre las piedras una imagen de
Nuestra Señora, quedrada y la cabeza del Niño
despegada, de barro colorado muy fino... fue de
los Mallorquines".
Al marcharse el Conquistador Sr. Fernández de Lugo a la conquista de la
Isla de La Palma, se llevó consigo dicha imagen
y allí la dejó. Dato este también manifestado
por el Doctor Marín y Cubas. El vecindario de
Agaete se queda sin la Virgen que veneraba.
VENERACIÓN DE AGAETE A NUESTRA SEÑORA DE LAS
NIEVES
SIGLOS XV-XX
POR
TOMÁS MARTÍN
TRUJILLO
Siglo XV.-
En tiempos de la Conquista de nuestra Isla de
Gran Canaria, fue venerada Nuestra Señora de Las
Nieves, en la imagen que reproducimos.
Actualmente se venera en Santa Cruz de La Palma.
Cuenta el historiador canario, Dr. Marín y
Cubas, en su “Historia de las Siete Islas de
Canarias” (redacción del año 1687, al folio 70
v.), al hablar del Conquistador Don Alonso
Fernández de Lugo: “Y mandó a hacer capilla al
Arcángel San Miguel con nuestra Señora de Las
Nieves que trajo consigo de Canarias, habiéndola
tenido en el Gaete onde le halló…”.
Al folio 91 de su
citada obra, dice: “…en el Gaete halló entre las
piedras una Imagen de Nuestra Señora, está en La
Palma y primero en Canarias, Nuestra Señora de
Las Nieves, todo el tiempo que duró la
conquista.”